Queda mucho por decir: los servicios en Cuba
28 DE JUNIO DE 2017
El tema de los servicios en el país cuenta con un buen material audiovisual. Fotos: Luis Bruzón
Con el paso del tiempo hay cosas que parecen ser olvidadas como cuando uno borra de su memoria momentos pretéritos. Pero si algo merece ser rescatado del pasado e instaurarlo en el presente y el futuro, es el arte de brindar un buen servicio. Refiero un arte porque en realidad lo es: tratar con público constituye una faena difícil que lleva en sí mucho de compromiso y alegría por el bien común. Dando respuesta a la interrogante se exhibió en la sala Villena de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) el documental Detrás del mostrador, a cargo del realizador Eric Manuel Corvalán Pellé, el cual profundiza en la decadencia de los servicios en nuestro país.
“Las dos terceras partes del ingreso por exportaciones de Cuba es de los servicios”, aseguró el doctor en ciencias económicas Juan Triana Cordoví, quien también expresó la decadencia de valores del empleado público: “hemos perdido la cultura de servir”.
Existen tres cosas necesarias: la vocación, la dedicación y el sentido de pertenencia. Actualmente hay varias escuelas formadoras de profesionales en este ámbito, pero la realidad que contemplamos es otra, muchas veces ni los buenos días recibimos cuando llegamos a algún lugar.
No es secreto tampoco para nadie que el dependiente esté comiendo, conversando en pleno horario laboral, o haciendo inventario en momentos inoportunos, fenómenos que refleja de manera certera Corvalán Pellé al mostrar imágenes incuestionables.
Otra de las problemáticas radia en la estabilidad de lo que se vende, asegura Minurga Ramírez Santana, directora general de servicios del Mincin: “si los productos que yo necesito no llegan en la fecha establecida, ¿qué hice el resto del mes?”. Lo que garantiza buena calidad de las ventas es la logística, el tiempo y la permanencia.
La población es también entrevistada y demuestra un descontento total por las prestaciones estales, pero lo verdaderamente impresionante es cómo suceden los hechos, sin saber cuándo será el punto final y decisivo a tales cuestionamientos.
A manera de trabajo detectivesco, el documental nos traslada a la barbería La Copa en 1ra A entre 42 y 44, establecimiento que pasó a cooperativa. Las condiciones aquí son pésimas, solo existe un lavamanos para “dar el mínimo servicio (…) ahora que somos particulares seguimos igual”, manifestó Manuel Pino Izaguirre, uno de los trabajadores.
Sigue la investigación, esta vez en la Terminal de Ómnibus para dar respuesta a un clásico evento: los pasajes vendidos—al buen cubano— en bolsa negra. Una imagen borrosa, técnica para no delatar al empleado, muestra el gran lucro existente en el centro.
Otro lugar de suma polémica: los agros y los diferentes precios de un producto en distintas tarimas, así como la ausencia de las jabas, “ya el cubano lo incorporó como algo natural”, declaró Triana Cordoví.
¿Qué es lo que necesario para eliminar estos hábitos? ¿Una red mayoritaria? ¿Mayor competencia? Cierto es que lo anterior no es la solución a los problemas, pero la competitividad impulsa la innovación y el desarrollo, no solo del comercio, sino también de la sociedad.
No podían faltar los negocios particulares. Son entrevistados los dueños de La Gasa Gelato, el Restaurant San Cristóbal, los bares-restaurant Tales from Britain y el Sangri La. Sergio Luis Gallardo Fernández, propietario de este último centro, resumió la máxima de estos lugares: “De aquí para adentro, tus problemas son míos y yo me encargo de ellos”.
“El problema no es quejarte, el problema es la respuesta”, puntualizó Triana Cordoví.
No se trata de rescatar la cultura de esta esfera, más bien es crear nuevos hábitos y métodos hacia a un arte imprescindible. Eso dice mucho de la Cuba de hoy.
Con respecto a la realización del audiovisual merece la pena destacar la labor de rastreo y cotejo de su autor y el equipo de trabajo, pues dan infalibles motivos para no dudar de los disímiles factores sobre la problemática que enfrentamos actualmente. Algo debe predominar en el rescate de un auténtico servicio: la elegancia, la dedicación y el sentido de pertenencia.
Documental señala causas y soluciones a mala calidad de los servicios en Cuba
Detrás del Mostrador, del realizador Eric Corvalán, lanza una nueva mirada sobre un asunto largamente debatido en la isla caribeña.
Detrás del Mostrador, del realizador Eric Corvalán, lanza una nueva mirada sobre un asunto largamente debatido en la isla caribeña.
La Ofensiva revolucionaria de 1968 abolió los pequeños negocios y estatalizó casi totalmente la economía cubana.
Foto: Archivo IPS
La Habana, 30 jun.- Ni el control estatal o privado sobre las empresas, sean grandes o pequeñas, garantiza por sí mismo la necesaria calidad de los servicios, un problema económico y social que sigue pendiente en Cuba y es analizado por un nuevo documental.
Los testimonios de voces ciudadanas recogidas en la cinta titulada Detrás del mostrador (2017) apuntan a la complejidad, lentitud y necesidad de nuevas y efectivas herramientas legales, para resolver un asunto recurrente en la realidad nacional durante las últimas décadas.
Durante la premier efectuada, el pasado 26 de junio, en la sede de la no gubernamental Unión de Escritores y Artistas de Cuba, su realizador, Eric Corvalán (La Habana, 1972), exhortó a difundir el audiovisual en todas las salas de cine del país.
Más que criticar, Corvalán propuso debatir el mensaje desde los sujetos decisores hasta funcionarios de nivel medio, empleados y la ciudadanía, para diseñar nuevas políticas públicas y ofrecer mejores servicios.
Si bien directivos se refirieron al reconocimiento del cual gozan los trabajadores cubanos por la preparación y calidad de sus servicios en el extranjero, Triana puntualizó que en el país “perdimos la cultura de servir y confundimos el servir con servidumbre”.Uno de los entrevistados, el economista Juan Triana, recordó que un elevado porcentaje de la economía cubana descansa en la esfera de los servicios, donde a pesar de la apertura a la gestión privada y las cooperativas no agropecuarias, una parte fundamental sigue en manos del Estado.
A su juicio, tal situación tiene su origen en la Ofensiva revolucionaria, como se conoce al proceso impulsado desde marzo de 1968 por el gobierno del entonces primer ministro Fidel Castro (1926-2016), el cual abolió los pequeños negocios y estatalizó casi totalmente la economía.
“Ahí comenzó la caída en picada de la cultura de los servicios en Cuba. Sustituimos al cliente por usuario”, argumentó el especialista.
Reflexionó asimismo sobre otras causas que inciden en el problema, como la inestabilidad en los suministros, para lo cual insistió en priorizar la logística de transporte. “No hacemos nada teniendo almacenes llenos o los contenedores durante meses en los puertos y que los establecimientos estén vacíos”, indicó.
El politólogo Esteban Morales se refirió a la falta de educación formal de algunos que tratan con el público, lo cual empieza por un simple “Buenos días” o acercarse a la persona para saber qué desea.
Detrás de ello, consideró, muchas veces existe “una falta de estímulo para ofrecer el servicio” y “cómo esa persona que presta el servicio se siente beneficiada”.
Ofrecer un servicio “no disminuye la personalidad ni el estatus social, pero debe brindarse con decencia, honestidad, actitud adecuada”, subrayó.
Para el periodista Ariel Terrero, “se perciben cambios de matices en la calidad de los servicios a partir de la apertura de los pequeños negocios privados. Hay mayor competencia, pero no en todos los casos hay mayor calidad”.
Las buenas prácticas implementadas por el chef Eddy Fernández, le permite asegurar que en el camino hacia la calidad “no puede faltar la cultura de los pequeños detalles”.
Tanto en el audiovisual como en el debate posterior a la proyección, afloraron preocupaciones sobre la necesidad de una efectiva Ley de protección al consumidor, además de críticas hacia la excesiva burocratización de los procedimientos y la falta de respuestas ante los reclamos por malos tratos a los clientes.
De acuerdo con Morales, tales situaciones entrañan también un componente político, pues cuando las instancias no responden estimulan la incredulidad ciudadana en las instituciones.
Triana resumió una posible solución para este problema: “Cuba necesita la figura de un defensor del derecho de los consumidores, como una entidad verdaderamente independiente, con personalidad jurídica y derechos establecidos”.
El audiovisual, de unos 40 minutos y ya en formato de Blue Ray, contó con la colaboración del Ministerio de Comercio Exterior, la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación y del no gubernamental Centro Oscar Arnulfo Romero.
Asimismo, sobresale la banda sonora, con temas de la orquesta Los Van Van y su exdirector Juan Formell (1942-2014), considerado un cronista musical del periodo revolucionario posterior a 1959 y cuyas obras reflejaron con humor fenómenos sociales como la burocracia, doble moral y maltrato institucional al público.
Con casi una decena de documentales, Eric Corvalán sobresale por poner el foco en asuntos espinosos de la realidad nacional como es el caso de Raza (2008), que aborda la discriminación racial, y No es el camino (2012), sobre la violencia infantil. (2017)
Tomado de IPS Inter Press Service en Cuba